Como estudiantes de arquitectura consideramos que los métodos de mitigación de los GEI (Gases de Efecto Invernadero) en los procesos productivos relacionados directamente con la obra arquitectónica, es uno de los temas de mayor relevancia y contingencia hoy por hoy. A través de este blog pretendemos informar de las herramientas de innovación y metodología de diseño que imperan hoy en día dentro del medio arquitectónico, tanto a nivel nacional como mundial con el objetivo de generar conciencia en los lectores y en nosotros mismo.

HUELLAS DE LA ARQUITECTURA


Al hacer un recorrido  por ciertas partes de la ciudad, son evidentes muchos vestigios arquitectónicos. En calles o barrios, de no tan viejos sectores, la fachada urbana está
constituida por piezas de una arquitectura que alguna vez tuvo su momento de esplendor. Estas son las huellas que va dejando la arquitectura a medida que ésta va pasando por el tiempo.

A medida que pasa el tiempo en las ciudades nos vamos encontrando con menos  historia representativa, cada vez hay menos vestigios de la arquitectura original y así cada día la amnesia colectiva de hace parte de la ciudadanía.

Uno de los lugares que fue azotado es uno de los antiguos teatros de Concepción, que quizás queriendo conservar “parte” de su fachada igual va por el camino de la transformación a un espacio moderno y sin la conservación de una historia.

Se toma desde ya el eje de la diagonal que culmina en la plaza de los Tribunales donde uno de los edificios como es el Tucapel que era parte de la portada de aquella diagonal, pasará a ser una sombra de la nueva construcción como es el Mall de centro el cual se apoderará e impondrá sobre él con su arquitectura monumental.

Así es como las huellas de una historia van siendo borradas lentamente tanto del territorio como de la memoria colectiva de las personas, ya que la competencia cada vez va siendo más dura, la antigua tratando de no perderse en el anonimato, contra la nueva imponiéndose como grandes alternativas que satisfacen muchas veces solo a las necesidades comerciales y no al confort de los usuarios adyacentes que muchas veces son los más afectados.

Todos estos cambios traen consigo un riesgo y ese es que en algún momento nos quedemos con ciudades que son solo replicas homogéneas, queriendo ser como otras ciudades y seguir con construcciones que olviden su historia y pierdan su identidad y carácter personal.

Cuando el proponerse avanzar sin querer dejar huella por generaciones, se corre el riesgo de seguir teniendo ciudades y ciudadanía que olvide lo que alguna vez fue y ya no tenga ninguna historia que contar a través de su arte y arquitectura